viernes, 31 de marzo de 2017

El rey Midas: otras versiones

 Rey Midas


Antes de poner su mano sobre la mujer y condenarla así a la dorada y eterna inmovilidad, el rey le pidió que se desvistiera, que se sentara al borde de la cama, cruzara sus piernas infinitas y, ya desnuda y con los ojos cerrados, dispusiera sus más cálidos labios de amante. Fue entonces cuando la besó para siempre.

José María Gómez Valero

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario